Órale no empujen…Reporteando con 1.58 de estatura. Por Karina Armenta

El camino de la prensa nunca ha sido sencillo, todo lo contrario a lo que pudiera pensarse sobre el glamour alrededor del mundo del mainstream, el ser reportero te coloca como el último eslabón en la cadena alimenticia de la farándula. El empaparte de los eventos tiene su gracia, entre los bemóles de la profesión está el clásico cubrir eventos masivos, desde el acreditarte y jurar que serás fiel a la causa del evento y no un reportero “grillerillo-causa-problemas” para que te den tu preciado gafete de entrada y acceso parcial. En el mejor de los casos podrás estar frente al escenario todo el evento, pero habrá casos en los que el manager diga, que el grupo dijo, que no está de humor para tener a los camarógrafos toda la noche frente a “su” escenario, que por que “ no los dejan ver a su público”, lo que resume tu labor reporteril a tres rolas y 15 minutos de evento efectivo, pero eso si habrá que dar detalle de toda “la buena onda” que imperó en el susodicho evento masivo.

Y pues ahí estas ya como sea en primera fila, sacas tu cámara y ¿qué vez?, otra cámara, te mueves un paso a la derecha y sorpresa otra cámara, por acá, un codo, noooo, ¡necesito un banquito¡, lo que sería el concierto de la historia ahora sólo es un montón de hombros, codos y cámaras, chale a mi nadie me dijo que para reportear debería tener la estatura de una aspirante a miss universo, y pues bueno ahí como sanguijuela escurriendo mi poco mas de metro y medio entre la muchedumbre de seres genéticamente diseñados para la reporteada, ya saben, de 1.70 m. para arriba, y claro todos peleando por el mejor ángulo, “pa que salga la foto”, así que ya lo tengo decidido, al próximo evento me llevaré mi banquito desplegable, simón, como una doña en un plantón, como franelero de la alameda, cargaré con mi cubeta, y todo por el bien de la labor reporteril, y todo por la labor de prensa, que conste, que no es por gandalla que quiere entrar de a grapa a los eventos nooo, para nada, la labor es primero… ¿qué no?