jueves, 1 de febrero de 2007

Sólo fue una, y estaba al tiempo. Por Karina Armenta



De verdad, era una y estaba al tiempo, pero esa fue la sentencia a una semana con la garganta cerrada, pero dejenme platicarles la telenovela completa , una inocente tarde invernal su servidora fue convidada gracias a la chamba al evento estrella, la presentación del dj numero uno del globo terraqueo (según cuentan) dj TIESTO, todo estaba supercoordinado, la banda precisa invitada al reventón, los cuates conectados para lanzarnos en manada y vivir una experiencia one-time-in-life.
La carretera nos daba la bienvenida a León, la promesa de la noche nos hacía sonreir, llegar con tiempo anticipado te da la oportunidad de conectar un poco con el entorno, es decir, ir a la plaza comercial mas cercana a urgar entre tiendas y comer un poco, ver la fauna local, y por qué no buscar un pretexto para regresar algún otro día. Pasado el tiempo el lugar nos esperaba, un western club fue el recinto elegido por el tacaño organizador que debió de haber ofrecido una ganga por la renta, cero distinción en la entrada nos llevó a la aglomeración en una masa que empujaba y empujaba, ya de paso les comento que medir menos de 1.60 cm es casi mortal en medio de una turba, lograr llegar a la puerta fue como estar inmersa por segunda vez en un trabajo de parto, una vez que "nací" al interior del recinto, fui canalizada, como vacuno en subasta , hacia el pasillo que indicaba mi entrada (un boleto vip genera altas espectativas), eso si , sin ser revisada, pude haber entrado con cualquier cosa en la chamarra, chale ahí para la otra, llegamos a la zona general, y luego a base de intuición llegamos a la zona "vip" ( es ridiculo que te hagan pensar que eres una -persona muy importante- si por un boleto de $700.00 no puedes tener ni una silla) en fin, el nulo intento de costear los ochocientos varos del pomo puso fin a las aspiraciones de una mesa por lo que la chela fue la opción. Aunque a la salida de una bronquitis-laringitis y dedicándote al negocio de la locución , una graciela bien helodia no es la bebida más sensata, así que decidí aminorar el impacto dejando que se tibiara un poquito, y así la noche arrancó, los deliciosos beats que emitía el anfirtrión tan esperado lograron el efecto esperado, poco más de 150 minutos de energía derrochada entre el respetable, una noche que valió la pena.
La agradable sensación de ser desplazada hacia la salida por la muchedumbre y el gelido aire recordándote que es invierno, un cambio en la bitacora y los compañeros de viaje ahora son otros, por compaginar la agenda de trabajo con el viaje de regreso me instaló en calidad de polizón con el comboy Factor (toda la banda de la estación que se lanzó en un camioncito fin-expreso para la gran noche) La llegada a la buena ciudad de SLP y una garganta amenazando con no estar hábil para la chamba que un par de horas había que cumplir, de hecho así fue, se cumplió, pero a una semana del evento, el resfriado me aqueja y no se va, y yo sólo me defiendo al repetir que ¡SOLO FUE UNAAAA Y ESTABA AL TIEMPO....